Las vintage lámparas de araña son bastante difíciles de limpiar debido a la delicadeza de sus lágrimas de cristal. Pero acumulan mucho polvo y es importante que las vayas manteniendo para conservar su brillo y elegancia.
Para ello podemos hacer la limpieza de dos maneras, dependiendo de la suciedad que tenga la lámpara.
En esta entrada de blog hablaremos de la forma más sencilla, que podemos utilizar sólo si la lámpara no tiene mucha suciedad: pulverizando un limpiador.
El producto limpiador especial para este tipo de lámparas puedes comprarlo en una droguería o tienda de iluminación, o puedes hacerlo mezclando una parte de alcohol y amoniaco con tres partes de agua.
Lo primero que tienes que hacer es trabajar con seguridad, por eso la lámpara debe estar apagada e incluso puedes colocar una cinta en el interruptor para que nadie te encienda la lámpara mientras la limpias.
Lo siguiente es proteger la superficie que esté debajo de la lámpara (mesa, suelo, …) con plástico y papel de periódico. Luego pasa un plumero por toda la lámpara para retirar el máximo posible de polvo, tanto de las lágrimas de cristal como de los brazos y bombillas. Antes de empezar con la pulverización, protege las bombillas que miren al techo con un plástico atado con una goma –para que no se cuele el líquido-. Ahora ya puedes pulverizar con el limpiador por todas las lágrimas de cristal.
Hazlo con cuidado, no pulverices en ninguna parte eléctrica y no gires la lámpara para acceder a todas las partes, sino que gira tú alrededor de la lámpara sin tocarla, al girarla podrías hacer que se descolgara del techo y cayera.
El producto irá cayendo arrastrando la suciedad y los cristales se verán resplandecientes. Pasa un trapo húmedo por los brazos y resto de piezas que no sean de cristal.
Ya puedes retirar los plásticos de las bombillas. Pero no enciendas la lámpara hasta dentro de unas horas que se haya secado bien.
Ahora a disfrutar de tu reluciente lámpara!
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